La venta a Solari
Los cambios frecuentes de razón social fueron un antecedente de la venta del hotel a un empresario chileno de apellido Solari. Era el moño a un declive cada vez más evidente y que se conjugaba con el derrumbe de Buenos Aires como plaza hotelera, como un producto más de la política económica que se hundía en la recesión y hacía a la ciudad muy cara en dólares para los turistas. La competencia de grandes cadenas internacionales que empezaron a instalarse en el país, con instalaciones más modernas y lujosas, iba corriendo al Bauen del centro de la escena de la actividad hotelera.
A principios de 1997 trascendió1 que la torre ubicada en Callao 360 pasaría finalmente a manos del “grupo chileno Solari”, mientras que los Iurcovich retendrían el Bauen Suite y sus otros negocios. La venta, realizada el 24 de febrero de 1997, se hizo por doce millones de pesos-dólares, aunque finalmente Solari solo pagaría cuatro millones. Como todo lo relacionado con los negocios del grupo, no hay demasiada claridad en esta operación.
A primera vista, parece una jugada hábil de Iurcovich, que se sacaba de encima un hotel que, como él mismo reconocería a Clarín, le faltaba aggiornarse y estaba perdiendo mercado, lo que se debía –en una curiosa autodisculpa– “al desgaste del paso del tiempo y a la falta de inversiones”2. Según el mismo artículo, el Bauen para esa época ya había sido relegado a una tercera categoría en el ránking de la hotelería argentina, trabajando “con contingentes de turistas brasileños y chilenos que pagan paquetes muy por debajo de los 145 pesos por habitación doble de la tarifa oficial”. No obstante, es discutible que solo se tratara de habilidad comercial: el “grupo chileno Solari” que menciona Clarín no era tal, sino un individuo, Félix Santiago Solari Morello, que venía de algunos fracasos en la gastronomía del otro lado de la cordillera y que con el verdadero grupo Solari dueño de la famosa cadena Falabella solo compartía el apellido (ver recuadro). La pregunta que queda flotando en el aire es si realmente Félix Solari podría haber cerrado una operación de tal magnitud.