Expropiación contra reloj
No deja de ser paradójico que un proyecto impulsado, trabajado y deseado por los trabajadores durante casi diez años se aprobara en una carrera contra el tiempo. El resultado de las elecciones presidenciales en 2015 fue el disparo de largada de esta última oportunidad para tratar de aprobar la expropiación antes de que el triunfo de una opción política manifiestamente hostil, que ya había clausurado la expropiación en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires y con evidentes relaciones políticas y quizá económicas con los Iurcovich, la bloqueara en forma decisiva.
Los trabajadores de la cooperativa insistieron, como desde hacía años, en sus visitas al Congreso para intentar que se votase la ley antes del cambio de composición de las cámaras. Esta vez hubo un notable resultado. Para que se votara el proyecto, tomando como base el presentado por los diputados Carlos Heller y Juan Carlos Junio, del PSOL, se unificaron en un solo texto las propuestas presentadas en diferentes momentos por diputados de varios bloques. El proyecto final tiene aportes de los mencionados y también de Victoria Donda, Adriana Puiggrós, Héctor Recalde y Andrés Larroque, autores de las otras versiones.
Este proyecto unificado entró dentro del paquete de 90 leyes que se pusieron a votación en la última sesión antes del cambio presidencial. Los medios hegemónicos y los partidarios del gobierno por asumir restaron el quórum, argumentando que no se debían votar leyes hasta que estuviera la nueva composición del congreso, después del 10 de diciembre. Una campaña mediática y en redes sociales feroz se desató. Entre las leyes cuestionadas, estaba la del BAUEN.