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BAUEN, día 11

Irrazábal argumentó brevemente el proyecto:

Es una media sanción que pretende dar solución definitiva a una situación que se está dando en el hotel BAUEN. Allí, una cooperativa de trabajadores viene hace casi catorce años gestionando el hotel, cuya historia es muy larga y no la voy a decir en este momento.

Ante los murmullos y cuestionamientos de algunos senadores, Irrazábal los interpeló. “¿Quieren que la haga corta? Entonces la hago cortísima”, y explicó los tres puntos principales de la ley: la solución política al largo conflicto judicial, el interés de los trabajadores y el Estado, y la función social a que se destinaba el hotel. El senador argumentaba pero también miraba el reloj de reojo. Propuso también votar en general y en particular de una sola vez. El radical Petcoff Naidenoff pidió la palabra para repetir los argumentos de la patronal que reclamaba el hotel, diciendo que había una resolución judicial y que quería tiempo para estudiar el caso. Por supuesto, el tiempo para estudiar el caso implicaba la caída de la ley. Varios senadores piden la palabra, por lo que otra senadora del Frente para la Victoria, Anabel Fernández Sagasti, hace una moción de orden para forzar la votación. Se produjo entonces un breve debate, casi una escaramuza entre los que querían permitir o no la moción de orden, que significaba que se pudiera votar en el horario. Antes, el senador Pinedo no se privó de una breve intervención que pinta de cuerpo entero la postura del macrismo sobre el BAUEN y sobre las empresas recuperadas en general:

Señora presidenta, este es un caso peculiar que ya ha sido rechazado en otras jurisdicciones, por ejemplo en la Ciudad de Buenos Aires. Es un caso en el que el valor del bien es enorme –es un edificio en Callao y Corrientes– y los beneficiarios son poquísimos. Entonces, poner plata de todos los argentinos, con gente con extrema necesidad, para regalar una fortuna a poquísimos señores, es algo que nosotros no podemos votar.

Dos de los “poquísimos señores” seguían la escena con nerviosismo desde el salón en que estaban. Eva, cuenta Federico, “estaba muy angustiada, rezaba pero lloraba, y yo estaba sentadito al lado de ella meta darle al WhatsApp”.

Afuera, la sesión se seguía con dificultad a través de los celulares, los mensajes de Federico que le llegaban a Fabio y de ahí, y de otros que se comunicaban con otra gente dentro del Senado, se esparcían a los demás.

Finalmente, otro senador, Eduardo Aguilar, logró hacer valer la moción de orden para que se vote. Es el tercer round que superó el BAUEN. La votación terminó otra vez 41 a 17, ya faltaba solo un paso, el último obstáculo en esa sesión de angustia. Mientras se contabilizan los votos en el sistema y se abría la votación definitiva, varios senadores y la vicepresidenta intentaron confundir y demorar la votación. Eva seguía rezando. Algunos senadores se habían retirado, que era el temor que tenían los que estaban afuera, por lo que alguna gente que se iba del Senado no eran bien recibidos al pasar frente a los manifestantes, sin saber a ciencia cierta si se trataba o no de legisladores. Se discutió incluso qué era lo que se estaba votando, en forma muy confusa, hasta que Michetti se vio obligada a poner la expropiación a votación. Nuevamente se ganó, 39 a 17.

Esta vez sí el BAUEN había sido expropiado.

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