Rodríguez Saá (gobernador peronista de la Provincia de San Luis, que también supo tejer alianzas en el Bauen allá por el año 2000), momentáneamente a cargo de la presidencia, declaró que el país entraba en default con los organismos de crédito internacionales el 23 de diciembre. Poco después debió a su vez dejar el gobierno, en la rápida y caótica sucesión de cinco presidentes que culminó con la asunción de Eduardo Duhalde, quien había perdido las elecciones de 1999 justamente ante De la Rúa.
En medio de esta situación traumática y sin precedentes, el Bauen cerró sus puertas el 28 de diciembre, como una amarga broma del Día de los Inocentes. “Yo le decía a una compañera ‘por lo menos tenemos trabajo’ –cuenta María Eva– ¡Qué ingenua que era! Porque el 28 de diciembre de 2001 nos echaron a todos sin indemnización y sin cobrar el sueldo ni las vacaciones ni nada”.