Una de las controversias con el síndico giró alrededor del inventario de los bienes, porque si se tomaba el hecho en el momento del cierre de la empresa podían ser acusados de algún faltante. Finalmente se hizo un inventario de lo que había dentro del hotel al momento de la ocupación, y la jueza de la quiebra terminó dándole a los ex trabajadores la tenencia precaria del inmueble, resolución que, aunque tuvo una duración acotada, sirvió para dar una cobertura legal a los primeros meses de la toma.
La prepotencia de un empresario acostumbrado a hacer lo que quiere y a despreciar a sus trabajadores se hizo patente en su interpelación final a los ocupantes. Continúa Eva: “Marcelo Iurcovich nos dijo, como burlándose, que nos quedáramos, que eso le salía más barato que una empresa de seguridad y que si éramos capaces de hacerlo funcionar que lo trabajáramos”. De ahí en más, se llevaría una sorpresa, aunque más aún su hijo y heredero Hugo, pues Marcelo fallecería poco después.