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BAUEN, día 52

Un hotel en marcha

A principios de 2006, poco más de un año después de la visita de la orquesta venezolana, el hotel BAUEN estaba funcionando a pleno. Como constata un artículo de Lavaca, había crecido “de 35 a 140 integrantes que durante las 24 horas mantienen a pleno el funcionamiento del hotel, el auditorio, la cafetería, la librería y los salones para eventos. Obras de teatro, emisiones radiales de gran audiencia, ciclos musicales y exposiciones de arte formaron parte de la programación del año 2005. También fue sede de eventos internacionales, como la exposición de arte Ex Argentina, organizada por el Goethe Institut o la Feria Cultural, organizada por la Embajada de Venezuela1”.

El crecimiento fue asombroso, pero absolutamente explicable a partir del sacrificio y de la imaginación de los asociados a la cooperativa para reconstruir y también crear gran parte de su fuente de trabajo. Se alquilaban salones, se alojaban eventos, se recibían pasajeros, pero también se aprovechaban espacios y se daban oportunidades. Una de estas expresiones fue, por ejemplo, la creación de un área de prensa, encargada del manejo de las relaciones públicas y la difusión del desarrollo de la cooperativa en clave política y social antes que comercial. El que llevó adelante la “prensa del BAUEN”, que contribuyó enormemente a darle al hotel recuperado parte de la fama mundial que tiene fue Federico Tonarelli, uno de los actuales referentes de la cooperativa y presidente de la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados (FACTA), la cual desde su formación por aquellos mismos años es presidida por la cooperativa BAUEN.

Federico era un militante que colaboraba activamente con el MNER ya antes de incorporarse al BAUEN y acompañó a partir de principios de 2005 a Fabio Resino en el desarrollo de la cooperativa. Al poco tiempo, se estaba encargando de la prensa y también de gestionar con su padre, Juan Carlos Tonarelli, la reactivación de la vieja imprenta del hotel para poder garantizar los impresos y el fotocopiado que demandaba el funcionamiento administrativo cada vez más complejo del BAUEN. Tonarelli padre tenía historia en el viejo movimiento cooperativo, y después de un tiempo de “ablande”, lo convencieron de instalar su centro de copiado dentro del hotel. “Entonces Fabio (Resino) me dice ‘el BAUEN tenía una imprenta ¿por qué no te venís con tu viejo y se arman la imprenta ahí en el hotel?’, cuenta Federico, que se explaya:

Vengo un día a ver eso, porque ya antes conocía el hotel. Vengo, vemos el subsuelo y estaba perfecto. Había quedado una duplicadora vieja, una Rotaprint. Entonces Marcelo (Ruarte) dice “dale Fede, decile a tu viejo, convencelo”.


  1. “Las fábricas recuperadas por sus trabajadores. Caso testigo: el Hotel Bauen (ciudad de Buenos Aires)”, portal Lavaca, 23 de marzo de 2006. Recuperado de http://www.lavaca.org/notas/las-fabricas-recuperadas-bauen/
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