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BAUEN, día 54

Claro está, los fines perseguidos por la nueva administración y los modos de organización y decisión distaban mucho de los de las anteriores gestiones patronales. Esto no se le escapaba a un medio que sistemáticamente opinó y activó contra los trabajadores del hotel (y contra la clase trabajadora en general):

Por contactos con el delegado de la línea E, Roberto Pianelli, los piqueteros acercaron la idea de desarrollar las asambleas y las conferencias de prensa en el hotel Bauen. Desde que allí manda una cooperativa de trabajadores el Bauen se convirtió en el lugar de reuniones políticas. Pocas marchas se deciden fuera de ese lugar. Desocupados, dirigentes gremiales de partidos de izquierda y organizaciones de derechos humanos encuentran allí un lugar natural de reunión.1

La descripción pertenece a una crónica del diario La Nación que daba cuenta de los procesos de lucha y organización que en febrero de 2005 reunían a dirigentes de distintas organizaciones políticas y sociales alrededor de la pelea que llevaban adelante los “metrodelegados” (“un gremio de base más inclinado a la izquierda que al peronismo”, según la caracterización realizada por el mismo cronista), cuerpo de delegados de trabajadores del subterráneo que se organizaban por fuera de la burocrática Unión Tranviarios Automotor (UTA) y que dio lugar, a través de una prolongada lucha, a la actual Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y el Premetro. No obstante, la crónica del diario La Nación desliza una falsedad al decir que “desde que allí manda una cooperativa de trabajadores el Bauen se convirtió en el lugar de reuniones políticas”, pasando por alto las innumerables reuniones y actos que en los tiempos de la gestión patronal celebraron allí los principales partidos políticos. Es decir, cuando mandaban los empresarios, el BAUEN ya era un “lugar de reuniones políticas”. Lo que ha cambiado es la composición y orientación de clase de quienes celebran allí sus reuniones y el tipo de objetivos que persiguen las respectivas alianzas.

El diario La Nación, de todos modos, no se equivocaba del todo en la caracterización. En el caso particular de los metrodelegados, el BAUEN fue efectivamente un lugar clave para facilitar su organización. “Beto” Pianelli, Néstor Segovia y otros militantes que formaron aquel primer intento de los trabajadores del subte por construir su organización con autonomía de la burocracia de la UTA han afirmado numerosas veces el papel que tuvo el BAUEN dando lugar a las reuniones y asambleas en que se organizó el nuevo sindicato. Incluso, la patota de la UTA agredió a los delegados dentro del hotel, provocando lesiones a sus trabajadores y destrozos materiales. Pero todo fue en vano, los metrodelegados no desistieron de sus propósitos, no se amedrentaron frente a estos hechos y lograron consolidarse.

Desde ese entonces, los lazos entre ellos y los trabajadores del BAUEN son tan sólidos que incluso han llegado a amenazar con paro del subterráneo frente a las amenazas de desalojo sufridas por la cooperativa. Se trata, propiamente, de la solidaridad de clase en acción.


  1. Daniel Gallo, “Los piqueteros acompañan la huelga”, en diario La Nación, 10 de febrero de 2015. Recuperado de http://www.lanacion.com.ar/678461-los-piqueteros-acompanan-la-huelga
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