Los orígenes del Bauen: el Mundial de 1978
“A pesar de los 700 millones de dólares que costó. Por primera vez los argentinos sabemos lo que cuestan las cosas, y pagaremos esa deuda aunque no resulte fácil”. Así abría una editorial de la revista Gente del 1° de junio de 1978, uno de los tantos medios que estaban abocados al servicio de la propaganda de la dictadura militar y que en aquellos días ponían todo su empeño en lavar la imagen del país –aquella vieja preocupación por “cómo nos ven en el exterior”- ensuciada por los crímenes de la Junta Militar o –desde su perspectiva- lo que ésta había dado en llamar la “campaña antiargentina”, es decir, las denuncias por desapariciones, torturas y asesinatos perpetrados por el Estado que en el exterior, sobre todo en países europeos, eran dadas a conocer por los exiliados políticos y por organizaciones de Derechos Humanos y que solo publicaban los medios extranjeros. El monto hacía referencia al costo del Mundial 78, el evento deportivo de masas organizado por el Ente Autárquico Mundial 78 (EAM 78), a caballo del cual la Junta Militar se esforzaba en venderle al mundo aquello de que “los argentinos somos derechos y humanos”. Cuatro años después, España organizaría su propio mundial por una cifra cuatro veces menor. El vicealmirante Carlos Alberto Lacoste, quien estaba a cargo del EAM 78, se jactaba de no dar cuenta de los movimientos contables del organismo que administraba1.
“A pesar de nuestra escasa infraestructura hotelera: en menos de dos años levantamos hoteles modelo y vencimos una enfermedad que parecía crónica”, proseguía Gente en otro párrafo del editorial. Aludía, principalmente, al Bauen.
A este contexto dictatorial, de cuentas poco claras, de deudas que no resultarán fáciles de pagar, y de hoteles cinco estrellas construidos a toda velocidad2 para albergar a las delegaciones y turistas que traería el mundial, se remontan los orígenes del hotel Bauen, una torre de 60 metros de altura que cuenta con 220 habitaciones distribuidas a lo largo de veinte pisos, salones y auditorio, levantada en el centro de la capital de la República Argentina y devenida emblema indiscutido del movimiento de empresas recuperadas por los trabajadores nacido 25 años después. Algo, seguramente, jamás imaginado por Marcelo Iurcovich, el empresario que hizo el milagro de construir un enorme hotel sin invertir un solo peso.
- Gustavo Veiga, “La cara siniestra del fútbol”, en diario Página/12, 27 de junio de 2004. Recuperado de http://www.pagina12.com.ar/diario/deportes/8-37302-2004-06-27.html↩
- El 19 de mayo de 1978, en momentos de su construcción, el suplemento de Arquitectura, Ingeniería,
Planeamiento y Diseño el diario Clarín titulaba: “Una losa cada seis días”, destacando la rapidez y el método utilizado. Ese mismo día, a en las páginas 2 y 3 de ese suplemento se podía leer también una nota sobre “Utilización de la prefabricación en pro de un corto tiempo de obra”.↩