Capítulo 2
La trama oscura de Bauen SACIC
“Demasiado dinero para unos pocos señores”, dijo el senador macrista Federico Pinedo al oponerse a la expropiación del hotel Bauen a favor de la cooperativa cuando se debatió en el Senado nacional. Se trata de un lugar común ideológico, sostenido también por algunos jueces que objetaron la constitucionalidad de las leyes de expropiación de empresas recuperadas por los trabajadores, por el cual el fundamento de “utilidad pública” en el que se basan estas normas no tendría sentido porque se trata de “un grupo privado” o “un número reducido de personas”. Se puede objetar desde muchísimos ejemplos y razones porqué una empresa recuperada por los trabajadores no es “un grupo privado” (aunque de acuerdo a la legislación argentina las cooperativas son entidades de tipo privado, está claro que no son una empresa propiedad de una persona o grupo societario con ánimo de lucro y en muchísimos países del mundo se las reconoce como propiedad social) y mucho menos “un número reducido de personas”, al desarrollar actividades sociales, culturales y económicas de bien común, y ser básicamente un colectivo que vuelve a poner en funcionamiento una organización productiva que fortalece el tejido económico del país y en especial de la localidad en la que funciona.
Sin embargo, en el caso del Bauen, se trata de una manifestación de absoluto desconocimiento o de fina hipocresía, pues si hubo una situación en que un “grupo privado” recibió una fortuna para disfrute de un “grupo reducido” de personas (en este caso Marcelo Iurcovich y familia) fue justamente la empresa Bauen SACIC. Y esta situación se dio en tiempos nada democráticos, durante la dictadura cívico-militar de 1976-1983.