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BAUEN, día 88

También a nivel local proliferaron las manifestaciones de apoyo a la cooperativa. Personalidades como Osvaldo Bayer y Quino se pronunciaron, junto con centenares de dirigentes políticos e intelectuales. Los días 15 y 16 de abril se hizo en el BAUEN la Feria del Libro Social y Político, donde se montaron stands de editoriales independientes y autogestionadas, solidarias con los trabajadores. La bandera y la camiseta del BAUEN se vieron en manifestaciones, recitales, estadios y hasta los jugadores del club de fútbol Atlanta salieron a la cancha con la camiseta negra de la cooperativa, posando antes del partido con un cartel que decía “El BAUEN es de todos”. Esta serie impactante de actividades culminó con un gran festival en la puerta del hotel, con una multitud que concurrió a apoyar a los trabajadores y también a escuchar a músicos como la Berisso y Ataque 77, que animaron la noche del 28 de mayo de 2014 y cubrieron de gente toda la cuadra del hotel sobre la avenida Callao.

Mientras, los Iurcovich no se quedaban de brazos cruzados. Como nunca antes, se dedicaron a una intensa campaña propagandística, que normalmente no se ve en la mayoría de los casos de empresas recuperadas. Esto incluyó desde carteles en la vía pública hasta una página web (“La verdad sobre el Bauen”) y la considerable ayuda de algunos medios, en especial el diario Clarín. Cada vez más abiertamente, el multimedio tomaba partido por los Iurcovich.

Un artículo del 27 de marzo titulaba “La justicia ordenó desalojar el Bauen, ocupado hace 11 años”. Y una bajada subrayaba que “el hotel volvería a manos de la empresa que lo controló hasta 2001”. Mientras en el título negaban la calidad de empresa recuperada para hablar directamente de un hotel “ocupado”, también abandonaban todo intento de disimular que los compradores y titulares del dominio según la jueza, son en realidad los mismos que lo quebraron en 2001. Y explicaban que “en 1997 un grupo chileno, Solari SA, compró el Bauen, pero quebró en 2001 y transfirió el hotel a Mercoteles, una empresa que, según los trabajadores, está ligada a los dueños originales”. Como ya hemos visto, Solari no transfirió nada a Mercoteles, sino a Bauen SA. Y en rigor tampoco transfirió nada, sino que fue una resolución del juez Fabier Dubois la que lo hizo. También Clarín se encarga de reflejar la “voluntad (de Mercoteles) de conservar las fuentes de trabajo”. Por eso, afirmaron que la empresa contactaría a los trabajadores para sumarlos a la nueva etapa.

Algo que llama la atención es el lenguaje usado para explicar la quiebra del hotel en manos privadas: fue “arrastrado por la crisis”. Después de haber titulado “la crisis causó dos nuevas muertes”, en ocasión de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki en el Puente Pueyrredón el 26 de junio de 2002, la alusión es, por lo menos, inconveniente. Especialmente porque los que lo “arrastraron” son los que, al momento de finalizar la escritura de este libro, aún quieren volver.

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